martes, 9 de septiembre de 2008

Crónica

Una anomalía, una de tantas en una ciudad extraña. No hay otra parte más eficaz para iniciar y degradarse en el periodismo. Cali son calles y avenidas llenas de historias que lo enfrían y lo absorben. Están Julio y Ricardo. Es imposible negar la pasión con la que viven el periodismo, pero han llegado a tal punto eléctrico que no se inmutan como humanos. Son, no creo equivocarme, frutos del testigo, sin corromper con su presencia lo que sucede, sólo miran y lo ponen a rodar, a cuestionar. Ahora yo inicié en esa carrera. Con tres años de autómata los cubrimientos al lado de Tellez, el motorista, y el fotógrafo, Álvaro, fueron una especie de memoria, de grabadora andante. Viene luego el procesador y al fin una nota muy pequeña de horas y horas de cubrimiento. Tellez se queda en el auto. Álvaro como sin sentido captura con su cámara lo que encuentra en cualquier lado.

Fotografía 1. Dos muertos en la quinta con 44, al lado del drogas La Rebaja. Fotografía 2. Un carro Nissan negro con tres impactos de bala en el parabrisas. Fotografía 3. Dos policías que discuten cerca de una ambulancia. Fotografía 4: El general Manuel Parra con las manos en la cintura.


Y viene la búsqueda de información. Los pasos se repiten. Hablar con el general, saludarlo con una expresión falsa. Fueron dos malhechores que en una moto negra pasaron al lado de este comerciante y le dispararon cinco veces, asesinando también al compañero. Hay que acabar con estos delincuentes, hay que buscarlos, perseguirlos y capturarlos. Anoto las direcciones y pregunto a los testigos. Se asustan porque no creen en un carné de El País. Se retiran un poco, callan lo que entre ellos especulan y no es público. No se nada, apenas llegué, pregúntele al señor que está en la esquina que el si vio todo. Y con carné en mano me dirijo al señor de la esquina pero tampoco. Nadie ve nada.

Inician las llamadas de Ricardo. Inicia el recorrido por la Roosvelt en busca de bombas inventadas. Luego otro asesinato. Ese no Gustavo, no gaste más tiempo, venga rápido mejor. Al llegar a la sala de redacción, Julio escribe como máquina imparable porque quedan quince minutos para entregar el periódico. Ricardo recoge lo último sobre los dos muertos, me pide explicaciones de palabras que por celular no se entendieron y le pasa un resumen muy pobre a Julio.

- ¿Y quienes fueron? – Me pregunta Julio como por costumbre.
- No sé sabe todavía. Nadie ha visto nada que sirva –
- No, entonces dejemos eso por fuera, no gastemos tiempo en esa mierda – Sentencia Julio.
- Toca hacer una nota Gustavo – Dice Ricardo quien deja de insistir a la línea de la Policía cuando escucha a Julio – dejála en Orden. Ellos verán que hacen mañana.

La nota queda así.

Para Orden:
Dos hombres fueron encontrados muertos hoy a las 12:30 a.m. al recibir cinco impactos de bala cuando circulaban por la carrera quinta con 44.
Según declaró el comandante Manuel Parra, las víctimas, que se desplazaban en un automóvil marca Nissan, fueron interceptadas por una motocicleta color negra manejada por dos presuntos reinsertados de las Farc al mando de milicias urbanas, quienes dispararon contra el comerciante Javier Restrepo y su compañero.
Se desconoce la identidad de los asesinos. No hay capturas. Testigos dicen no haber visto nada.

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