martes, 8 de abril de 2008

El escepticismo de un caudillo


Cinco años antes del ‘Bogotazo’, y del inicio de la era de la violencia en Colombia, el periódico El Siglo publicó, en julio de 1943, una entrevista realizada a Jorge Eliécer Gaitán donde la importancia de la postura escéptica en su formación ideológica y académica puede distinguirse. Esa lucha buscada por el caudillo se centra en una mirada inconforme de su entorno eliminando cualquier intención sectorial y construyendo un discurso que alimentara el espíritu nacionalista entre los de su generación.

Los primeros indicios de tal rechazo a ideas implantadas con gran molde, comienzan a aparecer en los años universitarios de Gaitán, en la Universidad Nacional, al referirse a los temas presentados en clases de filosofía o derecho canónico: "Cuando las lecciones no se acomodaban sino que contradecían, por ortodoxas y conservadoras, nuestro temperamento revolucionario, no por eso eran inútiles, ya que nos servían para buscar con más afán por fuera de los sistemas ideológicos y filosóficos contrapuestos, y en armonía con nuestra intuición".

Quedaba entonces un debate en las aulas, alimento del anhelo para hacer algo diferente a lo que se venía haciendo en el país; algo que no se extinguiera dentro de la reflexión académica y pudiera ponerse en práctica por fuera. Así, Gaitán, como muchos otros de su época, combatieron por "nuevos ideales que amábamos en lo político, en lo artístico, en lo puramente intelectual", construyendo espacios que dieran evidencia de tales posturas. Entre esos colectivos, como lo son ahora al hablar de la comunicación alternativa, se crearon los famosos grupos de ‘Los Leopardos’ y ‘Los Nuevos’ reemplaz generacional, en parte, de los modernistas del ‘Centenario’.


El Gaitán universitario de 1920, como lo comenta Jorge Emilio Sierra Montoya en su libro ‘El pensamiento político de Gaitán’, llegó a abrazar al socialismo por una fuerza emocional causada desde el impacto de la revolución rusa de 1917; y vio en Rafael Uribe Uribe el modelo a retomar para pensar algunas reformas dentro del liberalismo "Uribe Uribe, es cierto, reclamaba a su partido beber de las fuentes del socialismo y Gaitán, por su parte, recibió esto como un llamado imperante, como un mandato para su conciencia llena de ideales revolucionarios".


De ahí que Gaitán, en 1919 y ante la tumba del General Uribe Uribe, hizo público su admiración al liberalismo social. Pero no puede olvidarse que ese mismo año el caudillo realizó otra presentación semejante en actitud y vehemencia en las exequias de un jefe conservador, General Guillermo Quintero Calderón. Emilio Sierra Montoya se pregunta entonces: "¿Es ésta, si o no, una prueba incuestionable de su carencia de sectarismo, de ser extraño a las pasiones desbordantes que eran propias de su tiempo?.


La postura gaitanista frente a los dos partidos en su expresión radical, es mucho más concreta luego de su viaje a Europa para continuar sus estudios y el posterior regreso a Colombia. Aunque hubiese entrado de nuevo al liberalismo, y siendo representante a la cámara debutando en el histórico debate sobre las bananeras en septiembre de 1929, casi un año después de la masacre en Ciénaga, Gaitán encontró semejanzas negativas entre conservadores y liberales y por ello creo un tercer partido, la UNIR, Unión Nacional de Izquierda, al cual proclamaba como el verdadero partido liberal.


Gaitán, como dice Sierra Montoya, en 1930 con el ascenso de Enrique Olalla Herrera a la presidencia, encontraba en el liberalismo y conservatismo semejanzas en el ejercicio del poder, en la visión del país, en su manejo de las masas y en la estructura y política basada en el caciquismo: "Su objetivo, así, no era derrotar al conservatismo sino también al liberalismo, a ese grupo de ‘notables’ asentados en el poder con la más completa indiferencia hacia los problemas nacionales o, para decirlo de una vez, al país político, a la oligarquía de ambas colectividades ".


Por tal razón, la gran mayoría de sus seguidores, por no decir que todos, eran jóvenes, obreros, artesanos, empleados y vendedores ambulantes; muchos de ellos lo acompañaron en sus jornadas políticas y salieron ese 9 de abril de 1948 en medio de la locura colectiva: "Su voz se dirigía a los jóvenes, no a los viejos, para funda runa nueva política, una nueva patria. En el contexto del liberalismo social, intentaba congregar al país nacional, ignorado y ultrajado por la clase política de ambos partidos" Comenta Sierra Montoya.


Al referirse sobre Kafka, en una edición de su novela ‘El Proceso’, se dice que la literatura cambió notoriamente, ya sea para bien o para mal, pero dejó de ser la misma en el siglo XX. De igual manera podría decirse sobre Gaitán y el devenir histórico de Colombia. No podremos saber que cambios tendría el país si hubiera llegado a la presidencia, pero su imagen fue un hecho necesario que influyó en las nuevas visiones políticas.

1 comentario:

Obed Alberto Moreno Zambrano. dijo...

Chino, muchas gracias por su comentario y también por mostrarles el blog a sus jefes. Una pregunta: ¿cómo hago para poner el nombre de su blog en el mío? Para enlazarnos mutuamente. Un abrazo.
pdta: bacano lo del caudillo